Sobre el sistema de partidos en Colombia se ha dicho mucho, pero para entender este sistema debemos traer a colación la teoría de la ciencia política es por eso que resulta pertinente recordar un poco lo planteado por el profesor francés Duverger, para el existen dos grandes clases de escrutinio: el mayoritario y el proporcional. En primera medida, se elige a aquel candidato que haya obtenido la mayoría simple de los votos, en segunda medida, se le asigna a cada elenco un número de curules proporcional de acuerdo al número de votos que representaron en las urnas.
La relación de Duverger lo que dice es que cuando se
trata de abastecer un cargo por medio del escrutinio mayoritario, el sistema
tiende al bipartidismo pues tanto candidatos como electores son conscientes de
que deben hacer parte de alguna de los dos partidos que estén a la cabeza, por
consiguiente, el sistema por lo general propende a instituir dos extremos.
Cuando se trata de escrutinio proporcional el régimen tiende al multipartidismo,
pues todas las vertientes tienen posibilidad de ser representadas en las
asambleas.
En Colombia, esta regla sociológica pareciese
cumplirse, pero obviamente con ciertos matices. Ha existido desde siempre el
bipartidismo a nivel nacional lo que coincide con el escrutinio mayoritario. No
obstante, desde los inicios de los partidos a mediados del siglo XIX han pasado
muchas décadas en las cuales ha gobernado uno de ellos, no podemos olvidar que
ha existido hegemonía liberal y también conservadora. Durante el Frente
Nacional por ejemplo era obvio la existencia de un bipartidismo, pero la
realidad era que soterradamente estaba un sistema multipartidista. Es decir, y
explico, abiertamente, sólo dos partidos podrían llegar al poder; pero, dentro
de cada uno de ellos se vislumbraban diferencias ideológicas abismales que
resulta forzoso concluir que lo real era que existía ya un multipartidismo.
El sistema actual a
partir de la constitución de 1991 pareciese estar en transición hacia un multipartidismo,
esta aseveración se puede sustentar y con obvias razones en el hecho factico,
que los últimos 3 presidentes no pertenecen al esquema clásico del bipartidismo.
Aunado a lo anterior llama la atención que los resultados electorales de los
partidos tradicionales han sido desastrosos a tal punto que pareciera que están
en declive, el Partido Liberal pasó de tener 54 senadores en 1991, a tener 56
en 1994, 48 en 1998, 33 en el 2002 y 17 en el 2006 y 13 en 2018 lo que
demuestra que nuevas fuerzas políticas
han entrado en la arena política, pero habría que analizar si realmente se
tratan de nuevas fuerzas que componen un
bipartidismo porque es claro que estas nuevas fuerzas políticas se componen de
los mismos caciques políticos de siempre.
Nos obliga lo anterior a pensar que el sistema de
partidos políticos colombiano no es fácil de entender y definir. Intentaremos
explicar los problemas en esta materia, por medio de una afirmación hecha por
Elizabeth Ungar, según la cual “los
partidos políticos son clientelistas, desprovistos de cohesión y de disciplina”.
Respecto del clientelismo, no quedan dudas, este cáncer hizo metástasis en toda
la geografía nacional, en diferentes y variadas formas es utilizado por todos
los partidos políticos y peor aún aceptado de una u otra forma por los
colombianos.
Este tipo de clientelismo partidista es consecuencia
de varios factores entre ellos la ausencia del estado lo que allana el camino
de los corruptos vendedores de sueños que creen ser los únicos medios para
llegar al poder central.
Las políticas de descentralización administrativa que
fueron implementadas a partir de 1968 permiten a los “caciques” de los partidos
políticos tradicionales tener más poder, de esta forma ejercen mayor dominio
sobre las economías de la zona y sobre cómo éstas deben ser utilizadas.
Por otro lado, sistema político que reina en Colombia
es un sistema muy cerrado lo que ocasiona que sea el segundo factor del
clientelismo partidista. La constitución de 1991 no logró que el régimen
político fuera más abierto. Se presentan obstáculos prácticos como formales por
ejemplo se ha dicho que todos tenemos derecho a elegir y ser elegidos, pero en
realidad este derecho se circunscribe al derecho a ser candidato pues esto está
dado para los que cuentan con recursos económicos para financiar campañas que
cuestan una millonada. Si todos pudiéramos ser candidatos solo los que cuentan
con recursos económicos y maquinarias podrían hacer una campaña electoral.
Los candidatos ejercen cierto chantaje sobre los
electores y estos aceptan de una u otra forma los mismos pues creen sacar
provecho de esto y logran tener empleos así sean temporales aun sin contar con
la idoneidad para cumplir con sus funciones.
Hoy en día se percibe una gran pérdida de credibilidad
de los partidos pues no existe coherencia ideológica esto se puede comprobar
cuando vemos en algunos partidos candidatos que defienden ideologías contrarias
a las que deberían ser defendidas por los miembros del partido al que
pertenecen o bien hay candidatos que, perteneciendo a un mismo partido y tienen
opiniones y enfoques contrapuestos acerca de cuestiones y discusiones de gran
importancia.
A manera de Conclusión para nadie es un secreto que si
existieran buenos partidos políticos existiría una excelente democracia porque
la democracia depende de los partidos y su buen funcionamiento. En Colombia, por
ejemplo, esta aseveración resulta importante pues la población por lo menos en
su mayoría reconoce que no puede haber democracia sin partidos. Desde la
aparición de los partidos políticos en Colombia estos han pretendido
representar los intereses de los ciudadanos, pero en realidad no han podido
canalizar las expectativas y plantear las soluciones lo único que han logrado es ganarse la desconfianza y mala imagen de los
ciudadanos, sin embargo, no podemos desconocer que el sistema de partidos en
Colombia ha venido evolucionando prueba de ello es la variedad de partidos e
ideologías políticas que se pueden vislumbrar en nuestra patria.
BIBLIOGARFIA.
La
política por dentro, Cambios y continuidades en las organizaciones políticas de
los países andinos. Rafael Roncagliolo, Carlos Meléndez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario